domingo, 26 de octubre de 2014

La rápida reacción de los pilotos evita una catastofre al aterrizar en el aeropuerto de Madeira.

El Aeropuerto Internacional de Madeira es uno de los más difíciles y peligrosos del mundo. Las pistas están pegadas al agua, pero ese no es el problema. El problema es que, en cuanto la velocidad del viento supera los 15 nudos (27 Kmh), genera unas turbulencias que convierte los aterrizajes en una pesadilla como la de este vídeo.
Sucedía hace solo un par de días. Un vuelo de la línea alemana TULfly descendía sobre una de las pistas cuando una ráfaga de viento desequilibró completamente la aeronave. Solo la rápida reacción del piloto evitó que lo que era un aterrizaje rutinario terminara en el avión cayendo en mala posición sobre la pista. Al final todo quedó en un susto para los pasajeros.


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